Atletas master y freno al envejecimiento neuromuscular

(post destacado 2016) El envejecimiento se asocia a un deterioro funcional de todos los sistemas del organismo sin excepción. El ejercicio no puede impedir el envejecimiento, que recordemos es un hecho fisiológico, pero en muchos aspectos si puede minimizar o frenar sus efectos. No cabe duda que las personas que mantienen un alto nivel de ejercicio durante toda su vida y les respeta la enfermedad, llegar a edades muy avanzadas con capacidades funcionales muy altas respecto a los sujetos de su edad. En un estudio recientemente publicado (Power y col, 2016; J Appl Physiol 24-mar) los autores estudiaron a un grupo de corredores master (~ 65 años) que mostraba un mayor número de unidades motoras funcionantes (MU) respecto a un grupo control de la misma edad. Los autores se plantean si conociendo la pérdida del número de unidades motoras funcionantes (MU) en la 8ª y 9ª década de la vida, en atletas máster de esa edad y categoría mundial (MA) podrían tener también un mayor número de MU funcionantes (MUNE) en comparación con grupos control. Los investigadores midieron el número de MU y la estabilidad en la transmisión neuromuscular en el músculo tibial anterior de campeones mundiales master de 80 años comparando con sujetos de la misma edad sanos, pero de baja actividad física. Se utilizó electromiografía de superficie e intramuscular durante la dorsoflexión al 25% de la contracción isométrica máxima. Los resultados mostraron que la cantidad de masa muscular excitable fue un 14% mayor en atletas, así como un 28% más de unidades motoras funcionantes. Además, los atletas master mostraron mayor estabilidad neuromuscular que los controles. Los resultados demuestran que los octogenarios entrenados mantienen la estabilidad neuromuscular de sus unidades motoras y frenan la pérdida de unidades motoras funcionantes asociadas a la edad en décadas avanzadas de la vida durante las que se produce de forma notoria una pérdida de masa muscular y de fuerza, lo que convierte a estos hallazgos en relevantes. Futuros estudios deberán identificar el papel jugado en esta neuroprotección por la genética y el ejercicio.

Los beneficios asociados al ejercicio respecto al envejecimiento son evidentes, eso es indiscutible. El reto es conseguir que las personas de edad avanzada, especialmente los de edad muy avanzada, sigan realizando ejercicio de una cierta intensidad. Y es que no debemos olvidar que el impulso fisiológico primario nos lleva a un descenso de la actividad física espontánea con el envejecimiento. Así, hay mucho de estrategia y educación para conseguir que nuestros mayores, y especialmente aquellas personas que realizan ejercicio con regularidad, sigan siendo deportistas el resto de su vida.

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