Altitud idónea para entrenar

sierra nevada(post destacado 2013) No está definida con precisión al “dosis” idónea de altura para conseguir las máximas adaptaciones asociadas a la mejora del rendimiento aeróbico, entre otras cosas por la amplia variabilidad individual en las adaptaciones. En cualquier caso, sabemos que vivir crónicamente a unos 2500 m causa adaptaciones hematológicas relevantes en la mayoría de los atletas. Recientemente se han publicado los resultados de una investigación (Chapman y col, 2013; J Appl Physiol 24-oct) en la que los autores hipotetizaron que vivir a mayores alturas podría asociarse a adaptaciones más relevantes y con ello a mejoras del rendimiento a nivel del mar. Un grupo de corredores fue aleatoriamente distribuido en varias alturas (1780 m, 2085 m, 2454 m, 2800 m) para vivir durante 4 semanas. Todos los sujetos entrenaron juntos a diario entre los 1250 y los 3000 m. Los resultados mostraron que el rendimiento en un test a 3000 m después de la aclimatación mejoró en los grupos intermedios (2085 m y 2454 m), pero no en los que vivían a 1780 m y 2800 m. La EPO aumentó en todos los grupos a las 24 y 48 h de retorno al nivel del mar, pero se recuperó a las 72 h en el grupo que vivió a 1780 m. El volumen eritrocitario fue mayor en el retorno a nivel del mar, sin diferencias entre grupos. Los resultados sugieren que con el modelo empleado la altitud idónea se situó entre los 2000 m y los 2500 m en relación a la mejora del rendimiento a nivel del mar.

Suscríbete ahora al Club EP&T, y llévate todas las formaciones por sólo 8€/mes, además de poder acceder a artículos especiales del blog