Adaptaciones cardiacas maternas al ejercicio durante el embarazo

EmbarazadaLa conveniencia de desarrollar programas de ejercicio en mujeres embarazadas es un hecho contrastado. Hay publicados diferentes estudios sobre los efectos del ejercicio sobre el desarrollo del feto, complicaciones en el desarrollo del embarazo, progresión del parto, etc., pero no hay muchos estudios que hayan valorado los efectos de un programa de ejercicio desarrollado durante el parto sobre la salud cardiovascular de la madre. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Perales y col, 2016; Med Sci Sports Exerc 48: 896-906) cuyo objetivo fue valorar las adaptaciones cardiacas de la madre embarazada en el transcurso de un programa de ejercicio. Participaron 241 mujeres que fueron asignadas a un grupo control (cuidados estándar) o a un grupo de intervención (programa de ejercicio), que consistió en tres sesiones supervisadas a la semana de ejercicio de resistencia aeróbica y de fuerza, de unos 60 min de duración. El programa se desarrolló entre las semanas 9-11 a 38-39. Se evaluaron ecocardiografía, indicadores hemodinámicos, remodelado cardiaco, función ventricular izquierda (LV) y factores de riesgo de enfermedad cardiovascular (CVD). Los resultados mostraron: 1) la proporción de mujeres con excesiva ganancia de peso al finalizar el embarazo fue menos en el grupo de ejercicio; 2) hubo una tendencia de una menor prevalencia de depresión al finalizar el embarazo en el grupo de ejercicio. No se observaron cambios en las variables ecocardiográficas, factores de riesgo cardiovascular o perfil saludable del recién nacido. Los autores sugieren que un programa de ejercicio de moderada intensidad es seguro en mujeres embarazadas y no supone una mayor sobrecarga cardiaca asociada a adaptaciones diferentes a las que ocurren en el embarazo sin ejercicio asociado. La intervención del ejercicio quizás ayude parcialmente a disminuir dos factores de riesgo cardiovascular, la depresión y el sobrepeso asociado al embarazo.

Las mujeres embarazadas deben realizar programas de ejercicio acordes con el perfil de actividad física o deporte previo al embarazo. Así, mujeres de perfil sedentario no deben tratar de asumir objetivos deportivos claramente alejados de sus hábitos. El cuidado de un profesional que entienda la fisiología del embarazo se hace necesario en muchos casos, especialmente en mujeres sin hábitos deportivos previos. Ese profesional debe estar adecuadamente formado para asumir la responsabilidad de entrenar de forma segura y eficaz a las mujeres embarazadas que lo requieran.

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